"Solo lo bello puede ser realmente bueno". Esta frase tan superficial de Oscar Wilde representa una gran verdad para personas como yo. Solo puedo enamorarme de aquello que es bello a mis ojos. Estando en Guilin no he tenido mas opción que volverme a enamorar. Cada cosa que la naturaleza puso en Guilin es hermosa. Cada montaña, cada piedra, cada curva del río y cada tono de verde parecen dedicados a endulzar la vista de aquellos que visitan el lugar.
Hoy visitamos el río Jijiang, y lo recorrimos en balsa, acompañados de un grupo de chinas que se estaban alojando en el mismo hotel que nosotros. Decir que fuimos juntos sería una exageración, ellas no hablaban nada de inglés, y mi chino solo me sirve para compar cosas, pero bueno, al menos no nos sentimos desamparados.
El paseo de hoy fue muchísimo mas relajado que el de ayer. No tuvo un solo sobresalto, porque solo nos sentamos en una balsa de bambú y recorrimos el río durante algo mas de 4 horas, aunque pasamos casi una hora almorzando. El viaje es difícil de describir, porque te pasas todo el tiempo mirando tantas cosas que no sabes a donde mirar. Podría decirse que es un viaje para contemplar y reflexionar. Mucho mas de lo primero que de lo segundo.
El río es verde esmeralda, parecido al de la laguna de guatavita, y se confunde con el verde de las montañas. Tabién es increíble emente pando, y durante una buena parte del recorrido es factible ver el fondo. Solo sentarse a ver el agua correr es muy relajante, pero disfrutar el agua es mucho mejor. Afortunadamente hoy tuve la precaución de llevar conmigo una pantaloneta adecuada para nadar, y nadé un rato en el río, que si bien es muy diferente a nadar en piscina, también es mucho mas divertido. El agua del río te arrastra, y es necesario esforzarse solo para mantenerse en el mismo lugar. Ni que hablar de nadar contra la corriente...
Guilín nos encontró de casualidad. El terremoto en Sichuan nos obligó a cambiar de ruta, y hoy me encuentro enamorado del lugar. Y como cualquier enamorado que no encuentra palabras para describir a su amada, me quedo en silencio y no escribo mas por hoy.
Hoy visitamos el río Jijiang, y lo recorrimos en balsa, acompañados de un grupo de chinas que se estaban alojando en el mismo hotel que nosotros. Decir que fuimos juntos sería una exageración, ellas no hablaban nada de inglés, y mi chino solo me sirve para compar cosas, pero bueno, al menos no nos sentimos desamparados.
El paseo de hoy fue muchísimo mas relajado que el de ayer. No tuvo un solo sobresalto, porque solo nos sentamos en una balsa de bambú y recorrimos el río durante algo mas de 4 horas, aunque pasamos casi una hora almorzando. El viaje es difícil de describir, porque te pasas todo el tiempo mirando tantas cosas que no sabes a donde mirar. Podría decirse que es un viaje para contemplar y reflexionar. Mucho mas de lo primero que de lo segundo.
El río es verde esmeralda, parecido al de la laguna de guatavita, y se confunde con el verde de las montañas. Tabién es increíble emente pando, y durante una buena parte del recorrido es factible ver el fondo. Solo sentarse a ver el agua correr es muy relajante, pero disfrutar el agua es mucho mejor. Afortunadamente hoy tuve la precaución de llevar conmigo una pantaloneta adecuada para nadar, y nadé un rato en el río, que si bien es muy diferente a nadar en piscina, también es mucho mas divertido. El agua del río te arrastra, y es necesario esforzarse solo para mantenerse en el mismo lugar. Ni que hablar de nadar contra la corriente...
Guilín nos encontró de casualidad. El terremoto en Sichuan nos obligó a cambiar de ruta, y hoy me encuentro enamorado del lugar. Y como cualquier enamorado que no encuentra palabras para describir a su amada, me quedo en silencio y no escribo mas por hoy.
No comments:
Post a Comment