Wednesday, April 12, 2006

Plutocracia y Socialdemocracia

Hace ya algunas semanas, el ex-super-ministro Fernando Londoño escribió la siguiente perla en su columna en el Tiempo: "Con ese nombramiento hemos comprobado, también, en el rudo laboratorio de la praxis política, que la socialdemocracia en nada riñe con la plutocracia" , refiriendose al nombramiento de Patricia Lara como candidata a la vicepresicencia por el Polo Democrático Alternativo.

Este comentario, dentro del contexto de artículo, tiene varias implicaciones: La primera es que Londoño considera al PDA como "socialdemocracia", y no como izquierda radical como muchos enemigos de Gaviria Díaz pretenden. La segunda es que considera que Lara es una representante de la oligarquía colombiana, algo que no estoy en capacidad de discutir. Pero la implicación que realmente me preocupa es la que se entiende del sentido literal de la frase: la socialdemocracia no riñe con la plutocracia.

Empecemos por definir los dos conceptos. La socialdemocracia es una doctrina que busca alcanzar el socialismo a través de reformas democráticas, y no a través de una revolución violenta. El mejor ejemplo de socialdemocracia son los países nórdicos (Noruega, Suecia y Finlandia), que han buscado una economía de bienestar común, sin renunciar a la libertad individual. Por otro lado la plutocracia es el gobierno de los mas ricos. No entiendo como los ricos podrían querer alcanzar el socialismo (una sociedad donde no hay ricos ni pobres). Ningún ser humano que esté en una posición privilegiada va a renunciar a ella por alcanzar el bien común. La historia nos muestra que cuando una minoría está en el poder siempre busca su propio bienestar y no el de la mayoría, lo fue así durante el feudalismo, lo fue así en sudáfrica y lo sigue siendo en América latina.

El solo hecho de que esta fráse sea publicada por un periódico de circulación nacional nos dice mucho sobre el estado actual de la política en colombia. La socialdemocracia y la plutocracia si riñen, porque la democracia riñe con cualquier forma de gobierno oligarquico; y la declaración de Londoño ataca directamente los principios democráticos al afirmar tácitamente que no todos los hombres son iguales (la plutocracia solo puede existir si se acepta que los ricos son mejores que los pobres). Sin embargo su opinión es tolerada e incluso defendida en los foros del periódico. Aún peor es descubrir, en el mismo foro, que ninguno de los participantes ataca a la idea, se limitan a atacar a Londoño y tildarlo de corrupto, poniendose en una posición desventajosa para defender su posición; el argumento ad hominem será siempre un argumento débil. ¿Es realmente Colombia un país políticamente inculto? Este tipo de declaraciones y las consecuencias que generan (ninguna productiva) harían pensar que si, sin embargo mis charlas de día a día con diferentes personas me muestran un país trabajador que entiende las dificultades de la política y la importancia de la libertad. ¿Por qué los colombianos trabajadores y defensores de la democracia y la libertad permanecen callados? Eso si no lo se, pero me gustaría saberlo.