Wednesday, October 05, 2016

¿Cómo nos metimos en este berenjenal?

Viendo que las propuestas de los promotores del NO son exactamente lo mismo que ya estaba planteado en el acuerdo, me pregunto ¿y ahora qué? ¿Queda alguna salida para el berenjenal en que nos metimos? 

El sorprendente triunfo del "NO" metió a Colombia en un problema enorme, y destapó los verdaderos colores de las dos bandos. A Santos no le interesaba tanto convocar el apoyo popular como le interesaba poder legislar por decreto y restregarle el resultado en la cara a Uribe. Al "NO" tampoco le interesaba ganar, sino únicamente asegurar los votos para las próximas elecciones.

Aún más sorprendente es la revelación respecto a los votantes del NO, que ahora piden a gritos que las FARC restituyan a las víctimas con su dinero (está en los acuerdos), que se encarguen de desminar (también está en los acuerdos) y que entreguen las rutas del narcotráfico (adivinen...), demostrando que fueron personas que votaron sin tener la más remota idea de lo acordado, o votaron NO por odio a las FARC, desmintiendo de paso su propio alegato de que no estaban votando en contra de la paz.

El problema es que en esta situación, no hay ninguna forma en que los que nos metieron en estas puedan sacarnos sin perder la cara, y como perder la cara no da réditos políticos, la situación se pone muy difícil.
De momento las tres partes han jugado sus cartas: las FARC dicen que ya todo está negociado y que el plebiscito no es con ellas. Santos amenaza con guerra y Uribe se toma su tiempo para aumentar la tensión.

Los escenarios posibles van desde el muy optimista hasta muy pesimista:
  1. Optimista a corto plazo: La presión del tiempo obliga al Uribismo a presentar ideas concretas. El Uribismo presenta cambios cosméticos, el Gobierno y las FARC los aceptan, Uribe declara haber salvado al país del castro-chavismo y todos quedan listos para la foto. De todos los escenarios posibles, es el menos probable, y es casi seguro que no va a pasar.
  2. Optimista no inmediato: El Uribismo pide casi imposibles, y las negociaciones se alargan hasta el próximo gobierno. El nuevo gobierno, Uribista, retira los imposibles y pide cosas más razonables. FARC y nuevo gobierno llegan a un acuerdo, Zuluaga recibe el Nobel de la Paz y le da la mano al rey de Noruega. Mucho más probable que el anterior, pero aún así no mi favorito.
  3. Pesimista inmediato: El Uribismo pide imposibles y el acuerdo se rompe. Las FARC declaran que no hay confianza, y la tregua se acaba el 31 de octubre. La guerra se alarga otros 15 años, y las víctimas no reciben nada.
  4. Pesimista con agonía: El Uribismo pide casi imposibles, las negociaciones se alargan y el nuevo gobierno decide suspender la tregua. La guerra termina en 15 años, sin reparación ni verdad para las víctimas. Este es mi opción más probable.
La razón por la que le apuesto al 4 es porque un rompimiento inmediato de los diálogos le costaría demasiado caro al Uribismo. Una parte de los votantes del NO sinceramente esperaban un mejor acuerdo, y no le van a perdonar a Uribe el regreso a la guerra. Demorar las negociaciones otros dos años le da aire a Uribe para plantear su estrategia para las próximas elecciones.  Después, al acercarse el momento, pueden fácilmente aprovechar en fuerte sentimiento anti-FARC de los colombianos para deslegitimar el diálogo ("¡Llevan seis años negociando y no hay acuerdo! ¡Esto tiene que terminar!"). Continuar la guerra en este punto se vuelve fácil y políticamente rentable.

Mi conclusión es que no hay salida. El haber usado el plebiscito para medir fuerzas fue una apuesta irresponsable de Santos y de Uribe que va a derramar sangre. Mucha sangre.