Wednesday, September 22, 2004

Los dueños del mundo libre

Colombia está negociando el tratado de libre comercio con los EE.UU. Según dicen eso nos abrirá el enorme mercado que son los estados unidos, promoviendo el desarrollo en nuestro país.

Por desgracia el tratado es solo para libre comercio. El infame sistema de visas que los EE.UU aplican a los colombianos no le dará la misma libertad a los comerciantes que busquen negocios en el país del norte. Sólo los grandes empresarios se beneficiarán directamente de este mercado. Los pequeños productores sólo tendrán acceso a este mercado a través de intermediarios aquí y en Miami. Este obstaculo no es insalvable, ya que siempre será posible aliarse con otros pequeños productores para exportar en mejores condiciones.

No será tan fácil, en cambio, superar las limitaciones que las patentes y las leyes de propiedad intelectual imponen en el desarrollo tecnológico de nuestro país. Las patentes nos son una mala idea. Se busca lograr que el inventor publique los detalles de su invención y a cambio se le otorga un tiempo de exclusividad en la explotación. Para nuestra desgracia el sistema de patentes es utilizado, cada vez mas, por las grandes empresas para impedir el ingreso de competidores (pueden buscar la historia del encapsulado del Pentium II como ejemplo).

Lo que es aún peor: ahora es posible patentar cadenas de ADN específicas. De esta forma segmentos de ADN del pueblo Wayú (en la guajira, colombia), han sido patentados por universidades de los EE.UU. Igual que algunas variedades de quina o el maíz que se cultiva en Mexico. Aceptar patentes que son inaceptables a la luz de la razón, nos impedirá tener acceso a nuestra propia riqueza biológica. Nos obligará a aceptar que las grandes multinacionales son las dueñas de nuestra naturaleza, que son las dueñas del mundo libre.

Monday, September 20, 2004

El valor de la ignorancia

Algunas veces la ignorancia nos da la felicidad. El no ser consciente de la razón de nuestros actos, el no entender el funcionamiento de la sociedad o el esperar vida después de la muerte nos proveen de la seguridad y esperanza necesarios para continuar con nuestra vida.

Esta mañana hablé con una medica amiga, y le comenté sobre la muerte de mi hermana. Le conté como el primer médico que la vio la mandó al siquiatra cuando lo que tenía era un cancer de pancreas. Ella me dijo que aunque le hubieran descubierto el cancer a tiempo nada podían hacer. Que las esperanzas ante un cancer de pancreas son casi nulas (las posibildades de salvarse son similares a un error estadístico) y que su esperanza de vida era de apenas unos meses.

Ella vivió un año completo condenada a muerte, pero con la esperanza de seguir viviendo. Ni siquiera al final fue consciente de que ya no tenía esperanzas de sobrevivir. ¿No fue su último año mejor vivido en estas circunstancias, que vivirlo con la certeza de una muerte cercana? La respuesta está abierta, y será desconocida para mi hasta el día que me enfrente a mi propia muerte.

Monday, September 13, 2004

Hoy estoy triste

Hoy estoy triste. Una de mis medio-hermanas ha muerto. Era mucho mayor que yo, así que en verdad siempre la vi mas como una tía que como una hermana. Aún así me duele mucho su muerte, y me duele mucho el no haber hecho mas por estar a su lado en los últimos momentos. Yo sabía lo enferma que estaba, la pensaba todos los días y sin embargo nunca la llamaba. Ahora no puedo llamarla y decirle lo mucho que la pienso, aunque quiera.

Mañana haré por dolor un viaje que no quise hacer por placer. Tomaré un vuelo a Cali, para acompañar a mi familia en estos momentos, y volveré a casa en la noche.