Saturday, November 18, 2006

¿Alcanzar lo que queremos?

Las charlas de motivación pueden llegar a ser entretenidas. Nos enseñan a convertirnos en líderes, y nos llenan de ímpetus para luchar por nuestros sueños. Nos enseñan que todo lo que nos empeñemos en conseguir, lo conseguiremos. Pero, ¿es verdad lo que nos dicen?

Es evidente que el empeño es necesario para conseguir lo que deseamos. Las cosas buenas de la vida no llegan simplemente por estar sentados, es necesario trabajar y luchar por lo que buscamos. Sin embargo, la principal premisa de las charlas de motivación; que todo lo que nos empeñemos en conseguir, lo conseguiremos; es falsa. Esto no quiere decir que no vayamos a conseguir nada de lo que nos proponemos, sino que conseguiremos solo algunas de las cosas que nos proponemos. ¿Por qué no podemos conseguir todo lo que nos proponemos? Mi conclusión es que se debe a dos factores principales: 1) capacidad y 2) recursos.

Para ilustrar estos dos puntos pongamos como ejemplo los juegos olímpicos. Digamos que mi meta es lograr una medalla en los juegos olímpicos, y que mi especialidad son los 100 metros planos. Los atletas que compiten conmigo son los mejores del mundo, cada uno de ellos ha puesto todo de si para obtener una medalla. No hay ninguno que no sea un ejemplo digno de imitar: esfuerzo y determinación. Así que aunque yo haya puesto todo de mi para ganar la medalla me encontraré con corredores que pueden ser mejores que yo, y cuando la diferencia entre ganar y perder es de décimas de segundo, la menor diferencia cuenta. No solo eso, sino que solo se entregan 3 medallas cada 4 años. Si fuera cierto que todos los que podemos alcanzar todo lo que queremos, cada uno de los 100 atletas que llega a los olímpicos con la intención de conseguir una medalla lo hiciera (como nos prometen los formadores de líderes) se necesitarían 11 juegos olímpicos (44 años) para que todos lo lograran. Por supuesto si un atleta comenzó a los 17 años, tendría que estar en capacidad de ganar a los 61 en caso de que no consiguiera su medalla en los 11 intentos anteriores.

Este problema de la escasez es menos notorio en escalas mas grandes como la economía mundial. Es muy fácil creer que si el mercado está saturado en nuestra ciudad podemos ir a otra, y luego a otra y así hasta el infinito. Solo que nuestro planeta no es infinito, y que no importa lo grande que sea, tarde o temprano los recursos son insuficientes. ¿Aún no se convence? Pongamos números en el asunto. En Colombia es muy importante, por un asunto de status, tener un carro. Digamos que nuestros amigos motivadores dicen la verdad, y todos los que se esfuerzan en conseguir un carro, finalmente lo consiguen. En Bogotá hay en este momento cerca de 700.000 carros particulares, si cada uno de los 3'000.000 de adultos que quieren un carro lo tuviera, tendríamos 3'000.000 de carros en circulación. Mas de cuatro veces la cantidad actual. ¿Donde los van a meter? El recurso del espacio está limitado, y aunque se pudiera ampliar en este momento, esa ampliación se detendría en algún momento.

¿Algo mas contundente? Todos envidian a EE.UU por su alto nivel de vida. Un alto nivel de vida significa un alto nivel de consumo. Estados unidos consume cerca de 19 millones de barriles de petroleo al día. En todo el mundo se producen cerca de 56 millones de barriles al día. Si todo el planeta consumiera recursos al ritmo de EE.UU, se necesitarían cerca de 380 millones de barriles al día, es decir mas de 6 veces lo que produce el planeta. Sería realmente imposible que todo el planeta consiguiera ser como EE.UU.

¿Por qué insistir entonces que todo se puede alcanzar? Por la misma razón que durante siglos la iglesia católica enseñó que ser pobre es bueno porque los pobres van al cielo y los ricos al infierno. Hoy se esfuerzan por convencernos de que nuestra pobreza es culpa nuestra, y no de un sistema defectuoso que no puede dar las mismas oportunidades a todos, y no solo oportunidades formales como las que nos enseñan los cursos de autosuperación, sino oportunidades reales y materiales. Pero esta visión de un mundo donde todo se puede no solo le sirve a los que controlan los recursos (siempre limitados) sino que nos sirve a los que estamos en la parte baja de la pirámide social; darnos cuenta de que nuestro sistema es defectuoso nos obligaría a pensar en otro modelo para nuestra economía y, ¿quién quiere pensar?

Thursday, November 09, 2006

Te quiero como amigo...

Hace unos pocos días decidí postularme para un ascenso en mi trabajo. Así que vencí mi timidez y hablé con mi jefe para decirle que me tuviera en cuenta. La respuesta no pudo ser mas desmoralizante: me dijo que el no quería proyectarme dentro de la compañía porque temía que mi conocimiento se perdiera; lo cual traducido a un lenguaje sencillo significa: "no lo creo capaz".

Este incidente me recordó las (muchas veces) que he escuchado la frase "es que te quiero como amigo" y otras semejantes. Durante mucho tiempo me pregunté por que las mujeres no eran sinceras al rechazar a una persona. No creo que piensen que el rechazo es mas soportable así, nadie va a creer que sea cierta la razón esgrimida. Tampoco creo que sea una forma de acallar la conciencia, el sentimiento de culpa es muy pesado, así que si se sintieran culpables, aceptarían a la persona con tal de no afrontar la culpa. Para decirle a una persona un "te quiero como amigo" que es idéntico a un "no me interesas", tiene que en verdad no interesar, ni causar sentimiento de culpa ni nada. La razón, intuyo, debe ser de otro tipo.

Mi nueva aproximación al tema está relacionada con la presión social. Está socialmente mal visto despreciar las cosas valiosas, y el amor está considerado como algo valioso. Luego despreciarlo es algo mal visto. Se debe entonces buscar una forma de rechazarlo, pero haciendo ver que si se aprecia, pero que se rechaza por razones elevadas ("no quiero dañar nuestra amistad" o "es que yo tengo novio"), y no por mera conveniencia. Que eso resulte un insulto a la inteligencia del rechazado, es otro cantar y no es el tema de hoy.