Si fuéramos piedras no seríamos una sola, seríamos una amalgama de pizarra, mármol, arena y cal. Sufriríamos los estragos del clima, nos romperíamos y revolcaríamos con cada sismo, nos erosionaríamos con la lluvia y el viento, nos moldearía el trabajo de aquellos que buscan en nosotros establecer su morada, cultivar o que simplemente nos recorren.
Quise ser piedra para que hicieras tu casa en mi, tu lo dudaste y miraste de lejos como me transformaba. Pero las fallas que me atraviesan sintieron celos y se sacudieron, destrozando lo que había construido para ti. Quise que fueras tierra para mi; cultivar en ti mis sueños, hacerte florecer para mi. Pero cultivé en invierno y el frío quemó las semillas.
Ahora que no puedes esperar mas, y que no me quedan semillas por plantar; el tiempo lloverá, y la distancia soplará. Al igual que el viento y la lluvia, el tiempo y la distancia erosionarán tu recuerdo y el mio; y solo me queda desear que lo malo sea arenisca, y lo bueno sea mármol, para que lo malo se vaya, y lo bueno se descubra con su belleza caprichosa, formada sin saber como por la mano invisible de nuestras acciones.
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