Su título original es My live without me, y es una película que vi hace mas de un mes. Es una de esas películas que tardan años antes de exhibirse en Colombia (es del 2003), y no reciben la atención que se merecen cuando finalmente son exhibidas. Mi vida sin mi cuenta los últimos meses de vida de Ann, una mujer de 23 años que un día descubre que tiene un cancer que no se puede tratar ya. Los sueños de Ann se ven truncados muy temprano al quedar embarazada con solo 17 años; ahora vive en el jardín de su madre, en un "trailer", con sus dos hijas y un marido que no logra conseguir un trabajo estable. Trabaja limpiando los baños de una universidad, y siente (sabe) que su vida no va a mejorar en el futuro cercano.
Una visita al médico por una molestia menor, le revela que la muerte está muy cerca. Al saberlo, Ann toma la decisión de no informar a nadie y cumplir unos pocos sueños antes de morir. No son sueños espectaculares: ir de paseo con su esposo y sus hijas, enamorarse, hacer que se enamoren de ella, buscarle una nueva madre a sus hijas. La trama de la película se desenvuelve en la búsqueda de Ann por cumplir su última voluntad, una búsqueda tranquila, sin sobresaltos y sin excesos. La historia resulta conmovedora sin llegar a despertar el llanto; nos hace pensar en la mezquindad de nuestros problemas, en lo poco que valoramos las cosas que tenemos y en la búsqueda desesperada por llenar nuestra vida de cosas que nos hagan olvidar el hecho innegable de que vamos a morir.
El ritmo suave de la película es guiado por la voz en off de Ann, que comparte sus pensamientos con el espectador. Pese a que esto es considerado un pecado mortal en el cine, la voz de Ann no parece estar nunca fuera de lugar, y contribuye a producir la sensación de intimidad con la protagonista. Además la historia transcurre principalmente en las noches, por lo que las sensaciones de vacío y melancolía causados por la ciudad desierta, aumentan aún mas la impresión de estar viviendo la vida de Ann.
No se si la directora, Isabel Coixet, logró mostrar (o al menos mostrarme a mi) lo que quería, pero me dejó una grata sensación, y las ganas de compartir esa sensación con aquel que esté dispuesto a emplear dos horas de su vida en la oscuridad de una sala de cine.
Una visita al médico por una molestia menor, le revela que la muerte está muy cerca. Al saberlo, Ann toma la decisión de no informar a nadie y cumplir unos pocos sueños antes de morir. No son sueños espectaculares: ir de paseo con su esposo y sus hijas, enamorarse, hacer que se enamoren de ella, buscarle una nueva madre a sus hijas. La trama de la película se desenvuelve en la búsqueda de Ann por cumplir su última voluntad, una búsqueda tranquila, sin sobresaltos y sin excesos. La historia resulta conmovedora sin llegar a despertar el llanto; nos hace pensar en la mezquindad de nuestros problemas, en lo poco que valoramos las cosas que tenemos y en la búsqueda desesperada por llenar nuestra vida de cosas que nos hagan olvidar el hecho innegable de que vamos a morir.
El ritmo suave de la película es guiado por la voz en off de Ann, que comparte sus pensamientos con el espectador. Pese a que esto es considerado un pecado mortal en el cine, la voz de Ann no parece estar nunca fuera de lugar, y contribuye a producir la sensación de intimidad con la protagonista. Además la historia transcurre principalmente en las noches, por lo que las sensaciones de vacío y melancolía causados por la ciudad desierta, aumentan aún mas la impresión de estar viviendo la vida de Ann.
No se si la directora, Isabel Coixet, logró mostrar (o al menos mostrarme a mi) lo que quería, pero me dejó una grata sensación, y las ganas de compartir esa sensación con aquel que esté dispuesto a emplear dos horas de su vida en la oscuridad de una sala de cine.
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