Estoy muy decepcionado de mi país. Colombia es un país de ladrones. Hace varios meses (en junio) una ex-compañera de trabajo se ofreció amablemente a comprarme un equipo que quería traer de estados unidos. Le entregé unos 350 dólares, hizo su viaje, volvió, no trajo mi equipo. Pasaron meses y siempre dejaba de contestar el teléfono el día que teníamos que vernos. Cuando finalmente me enojé y le pedí que me devolviera mi dinero me devolvió 100 dólares, pasaron dos meses mas y la enfrenté, la llamé ladrona. Ella (como todo buen timador) se ofendió, me dijo que ella me iba a devolver el dinero cuando ella quisiera (es decir, nunca).
Pensé que yo había sido desafortunado, que me había topado con una mala persona que consideraba una gran hazaña robar a un conocido. Hoy cambié de opinión. Un compañero de trabajo realizó una compra a través de DeRemate.com, un sitio de subastas por internet. La persona que realizó la venta desapareció el día de la entrega (creo que es el modo de operación de los timadores). El truco para realizar el timo es el siguiente (creo yo):
- Se crea un usuario que pone cosas a rematar.
- Se crean una serie de usuarios para hacer las compras.
- Se realizan varias ventas ficticias por valores entre 1000 y 2000 dólares.
- Se le paga la comisión a deRemate.com como si la venta se hubiera realizado. Con esto se logra que el usuario que realiza las subastas aparezca bien calificado, con un costo de algunos miles de dólares.
- Se inician múltiples subastas por valores similares a las falsas subastas anteriores.
- Se reunen suficientes incautos y luego se desaparece.
- Profit!
El proceso es simple y se gana mucho con una inversión modesta (el costo de las comisiones iniciales a deRemate.com). Lo peor de todo el asunto es que muchas personas consideran culpable al que se dejó timar por no haber sido mas desconfiado. No culpan al ladrón (por ladrón), ni al sitio (por no ofrecerle seguridad a sus clientes) sino a la víctima (por obrar de buena fe).
Para desgracia de las personas que obramos de buena fe, Colombia es un país de ladrones (mal llamados vivos) qué se dedican a robar, engañar y tomar ventaja de los que, como yo, consideramos que se pueden hacer negocios en que todos los involucrados ganen (también nos dicen idiotas). Desde niños nos enseñan a ser vivos y colarnos en la fila, a ser vivos y mentir sobre nuestra edad para pagar una entrada mas barata a cine, a ser vivos y apropiarnos de los bienes del colegio. Nos enseñan a robar y a considerar que no hay nada de malo en hacerlo.
Pensé que yo había sido desafortunado, que me había topado con una mala persona que consideraba una gran hazaña robar a un conocido. Hoy cambié de opinión. Un compañero de trabajo realizó una compra a través de DeRemate.com, un sitio de subastas por internet. La persona que realizó la venta desapareció el día de la entrega (creo que es el modo de operación de los timadores). El truco para realizar el timo es el siguiente (creo yo):
- Se crea un usuario que pone cosas a rematar.
- Se crean una serie de usuarios para hacer las compras.
- Se realizan varias ventas ficticias por valores entre 1000 y 2000 dólares.
- Se le paga la comisión a deRemate.com como si la venta se hubiera realizado. Con esto se logra que el usuario que realiza las subastas aparezca bien calificado, con un costo de algunos miles de dólares.
- Se inician múltiples subastas por valores similares a las falsas subastas anteriores.
- Se reunen suficientes incautos y luego se desaparece.
- Profit!
El proceso es simple y se gana mucho con una inversión modesta (el costo de las comisiones iniciales a deRemate.com). Lo peor de todo el asunto es que muchas personas consideran culpable al que se dejó timar por no haber sido mas desconfiado. No culpan al ladrón (por ladrón), ni al sitio (por no ofrecerle seguridad a sus clientes) sino a la víctima (por obrar de buena fe).
Para desgracia de las personas que obramos de buena fe, Colombia es un país de ladrones (mal llamados vivos) qué se dedican a robar, engañar y tomar ventaja de los que, como yo, consideramos que se pueden hacer negocios en que todos los involucrados ganen (también nos dicen idiotas). Desde niños nos enseñan a ser vivos y colarnos en la fila, a ser vivos y mentir sobre nuestra edad para pagar una entrada mas barata a cine, a ser vivos y apropiarnos de los bienes del colegio. Nos enseñan a robar y a considerar que no hay nada de malo en hacerlo.