Hoy fue un día bastante agitado, entre comer, ir a un concierto pop, comer, caminar por la rivera del Xiang, comer, ir de compras, comer y comer, no quedó mucho tiempo para sufrir por el calor ni los mosquitos.
Mi amiga Gloria (Ceng Ying) había quedado de pasar a recogernos, pero una reunión de trabajo de última hora se lo impidió, razón por la cual envió a sus amigas Nana y Lina (no se esfuercen, pueden leerlo como quieran, igual lo van a hacer mal), que nos llevaron a almorzar. El almuerzo incluía un hongo muy popular en china, cuyo nombre no recuerdo (no recuerdo el nombre de nada, así que no volveré a hacer la aclaración), una comida de mar transparente, que podría ser medusa, pero no estoy seguro, algo que creo que era berenjena, una carne con un poco de picante (poco para los niveles de Hunan), mazorca y arroz. Todo muy rico, y en grandes cantidades. Como detalle curioso, que había olvidado comentar, el arroz chino no es tan diferente al arroz que se come en Colombia. Es cierto que abre menos, y el grano es un poco mas grande, pero no es algo que uno note de entrada, y el sabor no es tan diferente.
A las 3 nos encontramos con Gloria, y después de comprar algo de fruta fuimos a un sitio cercano al hotel, donde la emisora Changsha Music Radio tenía un evento (Nana trabaja allá). A los chinos les encanta el pop, en todas las emisoras suenan versiones chinas de Michael Bulton y Celine Dion, y por supuesto el evento tenía música de ese tipo. El segundo grupo que cantó tenía un percusionista inglés que sabía decir la misma frase que yo en chino: "ting bu dong" (no entiendo), y un estilo parecido al de la cantante "Rosario".
Desde ahí salimos a caminar por la rivera del Xiang, que son bastante concurridas. El río es bastante ancho, y navegable, y se ve siempre atravesado por algún barco. A lo largo de la rivera hay una cerca (lo siento, no recuerdo la palabra correcta en este momento), decorada con relieves que describen un poema, o al menos eso le entendí a Gloria. También se ven artistas callejeros, tocando instrumentos chinos, y vendedores ambulantes. A uno de esos le compramos un tipo de Tofú local. Nunca lo voy a pedir de nuevo. No pude comerlo.
Después de caminar otro rato fuimos a comer una sopa. No recuerdo el nombre del plato ni del restaurante, pero estaba muy rico y fui feliz, aunque mas lleno de lo normal. El siguiente paso fue comprar ropa. Yo había llevado ropa vieja, y en verdad necesitaba comprar. Manu no tanto, pero le gusta. Comprar en compañía de alguien chino es muy ventajoso. Sabe cuales sitios son buenos y baratos. La última parada fue comer nuevamente, un postre local que al igual que el tofu fue imposible de comer. Consejo general, no prueben los postres chinos.
Llegamos muy cansados al hotel, tanto que no terminé de escribir el blog anoche sino solo hasta hoy, y un poco a la carrera porque ya es hora de salir.
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Mi pobre Palm recibió un fuerte golpe y no prende :-(
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