Anoche dejamos Beijing. Tomamos el tren de las 9 y esta mañana llegamos a Xi'an. Pero antes de contar los detalles del viaje, vamos con el resumen de la estadía en Beijing.
En nuestro último día visitamos el zoológico y el palacio de verano. El palacio de verano es muy bonito, lo cual me obliga a cambiar mi respuesta a la pregunta "¿qué es lo mas bonito que has visto en china?". Ya no es la chinita que me crucé el lunes en la calle, es el palacio de verano. Es un parque como el simón bolivar, solo que mas grande y mas bonito, y con sauces y árboles diferentes, y el lago artificial es mucho mas grande. Es decir, no se parece a nada en Bogotá, pero había que compararlo con algo.
La llegada al palacio de verano fue medio accidental. Primero salimos a conocer el zoológico, y como no lograba pronunciar correctamente la palabra para zoológico, le dije al taxista que quería ver los pandas y dijo algo como: "ahh, al zoológico". No tengo ni idea de que le dije primero, pero no era zoológico. A la entrada compramos un boleto que incluía un paseo en bote, entramos a la casa del panda y nos tomamos fotos cerca a los pandas, o eso intentamos.
El zoológico nos deprimió rápidamente (demasiados animales encerrados), así que tomamos el bote y escogimos la ruta al palacio de verano. Allá una persona dijo que Manu parecía china, y todos se quedaban mirandonos mientras yo intentaba comunicarme en chino con la guía del bote. No entendí nada del recorrido, pero finalmente llegamos al palacio, con una entrada de 30 yuanes, es el parque mas caro que he visitado, pero como ya dije, también el mas bonito.
Entramos por la puerta oriental, que da a un canal (¿les conté que llegamos en bote?), y tomamos hacia el sur. No se si fue buena o mala idea, porque después de un rato de caminar nos dimos cuenta de que no había turistas en el palacio de verano, lo cual se nos hizo muy raro. Encontramos varias construcciones no muy bien conservadas, lo cual también se nos hizo raro. Pero cuando llegamos al extremo occidental nos dimos cuenta de la razón de esa situación: el parque es enorme, y nosotros habíamos tomado por el camino menos recorrido.
Después de toparnos con los turistas (miles de ellos) el asunto cambió. Nos vimos rodeados de grupos de gente, caminando en la multitud, y peleando para conseguir un espacio para tomar una buena foto. Nos tomó tres horas darle la vuelta completa al parque, lo cual da una idea del tamaño.
Después de salir del hotel, fuimos a la estación del tren, que es enorme. Usaría algún otro superlativo, pero creo que no hay nada mas grande que enorme. La estación debía medir mas de 500 metros de largo, y unos 10 pisos en la parte mas alta. La verdad de solo verlo me asusté, pero una vez adentro el asunto fue mas fácil. Increíblemente los policías y guardias de la estación sí hablan inglés (a diferencia de los del aeropuerto), lo cual nos hizo la vida mucho mas fácil. La llegada a Xi'an fue otro cuento, pero creo que eso lo dejamos para otro día, porque hoy estamos hablando de Beijing.
Ahora si, lo que vi. Vi mucha gente, a toda hora en todo lugar. Vi a mucha gente escupir en la calle, y hacer otras cosas desagradables para nosotros. Vi muchos perros pequineses, pero no de otras especies. Vi muchos MacDonalds, pero no vi otros sitios de comida rápida. Vi la muralla china, la ciudad prohibida, Qianmen, el palacio de verano y el zoológico. No vi el estadio olímpico ni un montón mas de sitios turísticos.
No vi casi gordura. Ni siquiera vi muchas barrigas, lo cual es muy diferente a Colombia donde un amigo aseguraba que el hombre que a los treinta no tuviera panza fijo era gay (no es cierto, los gay también tienen panza). En las mujeres es aún mas rara la gordura que en los hombres. Apenas vi a una mujer obesa y una que calificaría como goridita (aunque para ser justos era mas bien rellenita). Mas que ver, oí muchas voces extranjeras hablando español.
Entre las mujeres vi mucha china bonita, y muchas falditas cortas (supongo que por el verano). También muchas medias de slack con sandalias, aunque no se realmente si eso es un hecho notable. No vi escotes, aunque creo que las chinas no tienen mucho que mostrar en un escote. Tampoco vi celulitis ni estrías.
Vi muchas construcciones grandes, puentes enormes, edificios gigantes aunque no tan altos, y todo en escala china. No vi casi edificios antiguos, excepto por los que había detrás del centro comercial.
Algo que definitivamente no vi fue el cielo. La ciudad permaneció cubierta por una densa nubosidad todo el tiempo que estuvimos allá. Tuvimos mucho calor, y diría que no vimos el sol si no fuera porque el viernes durante un par de horas distinguimos una bola anaranjada en el cielo que claramente correspondía con el sol. Pero del azul del cielo, ni un cuadrito.
Bueno, creo que ese es el resumen de mi estadía en Beijing. Espero tener algo mas para contar mañana, porque en caso contrario estaría perdiendo mi dinero.
La llegada al palacio de verano fue medio accidental. Primero salimos a conocer el zoológico, y como no lograba pronunciar correctamente la palabra para zoológico, le dije al taxista que quería ver los pandas y dijo algo como: "ahh, al zoológico". No tengo ni idea de que le dije primero, pero no era zoológico. A la entrada compramos un boleto que incluía un paseo en bote, entramos a la casa del panda y nos tomamos fotos cerca a los pandas, o eso intentamos.
El zoológico nos deprimió rápidamente (demasiados animales encerrados), así que tomamos el bote y escogimos la ruta al palacio de verano. Allá una persona dijo que Manu parecía china, y todos se quedaban mirandonos mientras yo intentaba comunicarme en chino con la guía del bote. No entendí nada del recorrido, pero finalmente llegamos al palacio, con una entrada de 30 yuanes, es el parque mas caro que he visitado, pero como ya dije, también el mas bonito.
Entramos por la puerta oriental, que da a un canal (¿les conté que llegamos en bote?), y tomamos hacia el sur. No se si fue buena o mala idea, porque después de un rato de caminar nos dimos cuenta de que no había turistas en el palacio de verano, lo cual se nos hizo muy raro. Encontramos varias construcciones no muy bien conservadas, lo cual también se nos hizo raro. Pero cuando llegamos al extremo occidental nos dimos cuenta de la razón de esa situación: el parque es enorme, y nosotros habíamos tomado por el camino menos recorrido.
Después de toparnos con los turistas (miles de ellos) el asunto cambió. Nos vimos rodeados de grupos de gente, caminando en la multitud, y peleando para conseguir un espacio para tomar una buena foto. Nos tomó tres horas darle la vuelta completa al parque, lo cual da una idea del tamaño.
Después de salir del hotel, fuimos a la estación del tren, que es enorme. Usaría algún otro superlativo, pero creo que no hay nada mas grande que enorme. La estación debía medir mas de 500 metros de largo, y unos 10 pisos en la parte mas alta. La verdad de solo verlo me asusté, pero una vez adentro el asunto fue mas fácil. Increíblemente los policías y guardias de la estación sí hablan inglés (a diferencia de los del aeropuerto), lo cual nos hizo la vida mucho mas fácil. La llegada a Xi'an fue otro cuento, pero creo que eso lo dejamos para otro día, porque hoy estamos hablando de Beijing.
Ahora si, lo que vi. Vi mucha gente, a toda hora en todo lugar. Vi a mucha gente escupir en la calle, y hacer otras cosas desagradables para nosotros. Vi muchos perros pequineses, pero no de otras especies. Vi muchos MacDonalds, pero no vi otros sitios de comida rápida. Vi la muralla china, la ciudad prohibida, Qianmen, el palacio de verano y el zoológico. No vi el estadio olímpico ni un montón mas de sitios turísticos.
No vi casi gordura. Ni siquiera vi muchas barrigas, lo cual es muy diferente a Colombia donde un amigo aseguraba que el hombre que a los treinta no tuviera panza fijo era gay (no es cierto, los gay también tienen panza). En las mujeres es aún mas rara la gordura que en los hombres. Apenas vi a una mujer obesa y una que calificaría como goridita (aunque para ser justos era mas bien rellenita). Mas que ver, oí muchas voces extranjeras hablando español.
Entre las mujeres vi mucha china bonita, y muchas falditas cortas (supongo que por el verano). También muchas medias de slack con sandalias, aunque no se realmente si eso es un hecho notable. No vi escotes, aunque creo que las chinas no tienen mucho que mostrar en un escote. Tampoco vi celulitis ni estrías.
Vi muchas construcciones grandes, puentes enormes, edificios gigantes aunque no tan altos, y todo en escala china. No vi casi edificios antiguos, excepto por los que había detrás del centro comercial.
Algo que definitivamente no vi fue el cielo. La ciudad permaneció cubierta por una densa nubosidad todo el tiempo que estuvimos allá. Tuvimos mucho calor, y diría que no vimos el sol si no fuera porque el viernes durante un par de horas distinguimos una bola anaranjada en el cielo que claramente correspondía con el sol. Pero del azul del cielo, ni un cuadrito.
Bueno, creo que ese es el resumen de mi estadía en Beijing. Espero tener algo mas para contar mañana, porque en caso contrario estaría perdiendo mi dinero.
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