No es que haya una raza de patos pequineses (a diferencia de los perros), y mucho menos que se celebre un día en su nombre. El título es debido a que hoy fuimos a comer pato pequinés.
El día fue poco productivo. Entre no conseguir los pasajes correctos de tren, no poder conseguir un morral barato, un almuerzo no muy bueno y una siesta demasiado larga, los planes de ir al zoológico se dañaron, razón por la cual no hay fotos el día de hoy. Afortunadamente se pudo arreglar en la noche con una cena deliciosa, que consistía principalmente de pato.
El pato rostizado se sirve acompañado de salsas, verduras, y otras cosas picadas. Te dan una tortilla que parece de tela, y uno pone todo lo que quiera y la envuelve. Sirven un pato para dos personas, y está bien si uno tiene mucha hambre, porque es grande y grasoso; lo cual me lleva a la pregunta del día: ¿cómo pueden los chinos ser tan delgados si comen tanto y tan grasoso?
No se si el taxista que nos trajo de regreso nos quería dar vueltas para cobrarnos mas (lo mas probable), o de verdad no conocía el sitio a donde íbamos, pero congeló el taxímetro (que ya había marcado 10 yuanes mas de lo esperado) cuando le insistí en que iba en la dirección equivocada, y se dejó guiar de regreso al hotel.
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